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Hechos 16:18-31 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

18. Ella hizo eso por muchos días, hasta que Pablo no soportó más y entonces se dio vuelta y le dijo al espíritu: —¡Por el poder de Jesucristo, te ordeno que salgas de ella! De inmediato, el espíritu salió de ella.

19. Al ver los dueños de la esclava que se les había esfumado el negocio, agarraron a Pablo y a Silas y los llevaron a las autoridades en la plaza principal de la ciudad.

20. Cuando los presentaron ante las autoridades, les dijeron: —Estos judíos están alborotando nuestra ciudad.

21. Están enseñando costumbres que nosotros, como ciudadanos romanos, no podemos aceptar ni practicar.

22. La multitud se unió en contra de Pablo y Silas. Las autoridades rasgaron las ropas de Pablo y Silas y ordenaron que los azotaran con varas.

23. Después de azotarlos mucho, las autoridades los echaron a la cárcel y le dijeron al carcelero que los vigilara muy bien.

24. El carcelero, al escuchar la orden, los llevó bien adentro de la cárcel y les aseguró los pies en el cepo.

25. A la media noche, Pablo y Silas estaban orando y cantando canciones a Dios, y los otros prisioneros los escuchaban.

26. De pronto, hubo un temblor de tierra muy grande, tan fuerte que los cimientos de la cárcel temblaron con fuerza. Entonces todas las puertas de la cárcel se abrieron y las cadenas de los presos se soltaron.

27. El carcelero se despertó y vio que las puertas de la cárcel estaban abiertas. Pensó que los prisioneros se habían escapado y tomó su espada para quitarse la vida,

28. pero Pablo le gritó: —¡No te hagas daño! ¡Todos estamos aquí!

29. El carcelero le dijo a alguien que trajera luz, corrió adentro y temblando de miedo cayó delante de Pablo y Silas.

30. Entonces los llevó afuera y les dijo: —¿Qué debo hacer para ser salvo?

31. Le respondieron: —Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y todos los de tu casa.

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