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Apocalipsis 22:1-18 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. Luego el ángel me mostró el río del agua que da vida. Era tan brillante como el cristal y salía del trono de Dios y del Cordero.

2. Corría en medio de la calle de la ciudad. A cada lado del río estaba el árbol de la vida que produce fruto cada mes, es decir doce veces al año; sus hojas se usan para sanar a todas las naciones.

3. No habrá en la ciudad nada que Dios considere inaceptable. Allí estará el trono de Dios y del Cordero, y los que sirven a Dios lo adorarán.

4. Verán su rostro y el nombre de él estará en la frente de ellos.

5. Nunca más se hará de noche ni se necesitará la luz de una lámpara o del sol. El Señor Dios les dará su luz y reinarán para siempre.

6. Entonces el ángel me dijo: «Estas palabras son verdaderas y dignas de confianza. El Señor, el Dios que inspira a los profetas, ha enviado a su ángel para que mostrara a sus siervos lo que pronto tiene que suceder:

7. “¡Oigan! Voy a llegar pronto. Afortunado el que hace caso de las palabras de la profecía que está en este libro”».

8. Yo soy Juan, el que vio y oyó todas estas cosas. Cuando las vi y las escuché, me arrodillé para adorar al ángel que me las había mostrado.

9. Pero él me dijo: «¡No hagas eso! Yo sólo soy un siervo de Dios como tú y tus hermanos los profetas, y todos los que toman en cuenta lo que dice este libro. Adora a Dios».

10. También me dijo: «No mantengas en secreto las palabras de la profecía que está en este libro, porque está cerca el tiempo en que se van a cumplir.

11. Deja que el que hace el mal, siga haciendo el mal; que el impuro, siga siendo impuro; que el justo, siga practicando la justicia; y que el santo, siga siendo santo.

12. »¡Estén alerta porque vengo pronto! Traeré conmigo la recompensa que cada cual merece por lo que ha hecho.

13. Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin.

14. »Afortunados los que lavan sus ropas para tener derecho a comer del árbol de la vida y entrarán por las puertas de la ciudad.

15. Afuera de la ciudad quedarán los perversos: los que practican la brujería, los que cometen pecados sexuales, los asesinos, los que adoran falsos dioses y todos a los que les gustan e inventan mentiras.

16. »Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para que les cuente todo esto a las iglesias. Soy el descendiente de la familia de David, soy la brillante estrella de la mañana».

17. El Espíritu y la novia del Cordero dicen: «¡Ven!» Que todos los que escuchen también digan: «¡Ven!» Que todo el que tenga sed y quiera, venga y beba gratis del agua de la vida.

18. Tenga cuidado todo el que escuche las palabras de la profecía de este libro. A quien le añada algo, Dios le añadirá a él las plagas escritas en este libro.

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