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Apocalipsis 18:7-23 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

7. Denle tanto tormento y sufrimiento como la gloria y el lujo que ella se dio a sí misma. Pues se la pasa diciéndose: “Soy una reina sentada en su trono. No soy una viuda y nunca estaré de luto”.

8. Así que tan sólo en un día le caerán todas las plagas: enfermedades, luto y hambre. Ella será destruida con fuego porque el Señor Dios que la juzgó es fuerte».

9. Los reyes de la tierra que cometieron pecado sexual con ella y que compartieron sus lujos, llorarán y se lamentarán cuando vean el humo de su cuerpo quemado.

10. Se quedarán lejos de ella por miedo a recibir su mismo sufrimiento, y le dirán: «¡Qué terrible, muy terrible para ti, gran ciudad. Poderosa ciudad de Babilonia, tu castigo llegó tan solo en una hora!»

11. Los comerciantes del mundo también llorarán y se lamentarán por ella, porque ya nadie comprará sus mercancías.

12. Vendían oro, plata, piedras preciosas, perlas, ropa de lino y de seda, y tela púrpura y roja; toda clase de maderas fragantes, y objetos hechos de marfil, de madera fina, de bronce, de hierro y de mármol;

13. canela, especias aromáticas, incienso, mirra y perfumes; vino y aceite de oliva, harina fina y trigo, ganado y ovejas, caballos, carruajes, esclavos y almas de seres humanos. Y ellos dirán:

14. «¡Pobre de ti, Babilonia! Ya no tienes todas las cosas buenas que tanto deseaste. Toda tu riqueza y tus lujos han desaparecido. Nunca más los recuperarás».

15. Los comerciantes que se habían vuelto ricos gracias a lo que le vendían a ella, se alejarán, pues tendrán miedo de recibir su mismo sufrimiento. Ellos llorarán y se lamentarán:

16. «¡Qué terrible! ¡Esto es muy terrible para la gran ciudad! Se vestía con ropa de lino fino, de púrpura y de rojo. Llevaba oro, piedras preciosas y perlas.

17. Todas sus riquezas fueron destruidas en tan sólo una hora». Todos los capitanes de barco y todos los que viajaban por mar, los marineros y todos los que traficaban en el mar, se alejaron de Babilonia.

18. Cuando vieron que salía humo de ella, decían: «¡Nunca hubo una ciudad como esta gran ciudad!»

19. Luego, se echaron polvo sobre la cabeza, llorando y lamentándose: «¡Qué terrible! ¡Esto es muy terrible para la gran ciudad! Todos los que tenían barcos en el mar se enriquecieron gracias a ella, ¡pero fue destruida en tan sólo una hora!

20. ¡Oh, cielo, alégrate! ¡Alégrense el pueblo de Dios, junto con los apóstoles y profetas porque Dios castigó a la cuidad de Babilonia por todo lo que les hizo a ustedes!»

21. Entonces, un ángel muy fuerte vino y tomó una piedra tan grande como una piedra de molino. La arrojó al mar y dijo: «Así será derribada la gran ciudad de Babilonia. Nunca más se le volverá a ver.

22. Nunca más se oirá en ti la música de arpas, flautas, trompetas, ni cantantes. Nunca más se encontrará en ti un artesano. Nunca más se oirá el sonido de la piedra de molino.

23. En ti nunca más brillará la luz de una lámpara. Nunca más se escuchará la voz de un novio o de una novia. Tus comerciantes eran los más importantes de la tierra. Todas las naciones fueron engañadas por tu magia.

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