8. Si alguno no mantiene a su familia, particularmente a los de su propio hogar, niega la fe y es peor que el que no cree en Dios.
9. La lista de viudas debe incluir sólo a aquellas que tengan estas cualidades: tener por lo menos sesenta años de edad y haberle sido fiel a su esposo.
10. Debe ser conocida por hacer el bien; por ejemplo, cuidar bien a sus hijos, recibir a otros en su casa, servir a los creyentes necesitados, ayudar a los que están atravesando dificultades y dedicarse a las buenas obras.
11. Las viudas jóvenes no deben estar en esa lista porque sus pasiones las alejan de su compromiso con Cristo y querrán casarse otra vez.
12. Serán juzgadas por no cumplir con lo que habían prometido primero.
13. Además caen en el hábito de la pereza y de andar de casa en casa. No solamente son perezosas sino también chismosas y entrometidas, hablando de lo que no les interesa.
14. Por lo tanto, quiero que las viudas jóvenes se casen, tengan hijos y cuiden de su hogar. Así nuestro enemigo no podrá criticarlas.
15. Digo esto porque algunas viudas se alejan de Dios y se dedican a Satanás.
16. Puede darse el caso de que una creyente tenga viudas en su familia. Entonces ella misma debe mantenerlas. Así la iglesia no tendrá que hacerse cargo de ellas y podrá ayudar a las viudas que realmente lo necesitan.