14. Si otros los maldicen por causa de Cristo, ustedes son afortunados porque el glorioso Espíritu de Dios está sobre ustedes.
15. Si son asesinos, ladrones o delincuentes, o si se meten en asuntos ajenos merecerán sufrir y pasar vergüenza.
16. Pero si alguno de ustedes sufre por ser cristiano, no se avergüence, más bien, agradezca a Dios por llevar ese nombre.
17. Porque ya es hora de que empiece el juicio que comenzará con la familia de Dios. Y si empieza primero con nosotros, ¿qué les pasará a los que rechazan la buena noticia de Dios?
18. «Si resulta difícil que el justo se salve, ¿qué pasará con el que no teme a Dios y está lleno de pecado?»
19. Así que, los que sufren por obedecer a Dios, que se pongan en manos de él, su Creador, y sigan haciendo el bien.