1. Dios mío, escucha mi queja, protégeme de las amenazas de mis enemigos.
2. Protégeme de los planes secretos de los delincuentes; escóndeme de esa pandilla de perversos.
3. Afilan su lengua como afilar una espada; lanzan palabras venenosas como si fueran flechas.
4. De repente disparan flechas contra gente inocente; nadie los ve en sus escondites.