Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 44:3-18 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

3. No fue gracias a sus espadas ni a su fuerza como obtuvieron la victoria, sino gracias a tu poder y fortaleza, y a la luz de tu presencia porque tú eras feliz con ellos.

4. Dios mío, tú eres mi rey. Ordena que el pueblo de Jacob salga victorioso.

5. Con tu ayuda, nos quitaremos de encima al enemigo; sólo en tu nombre los podremos pisotear.

6. No confío en mi espada ni en mi arco, pues no me pueden dar la victoria.

7. Eres tú quien nos da la victoria y pone en ridículo a nuestros enemigos.

8. Todo el día hemos alabado a Dios. Siempre adoraremos su nombre. Selah

9. Pero tú nos has rechazado, nos has humillado y ya no fuiste con nosotros a la batalla.

10. Nos hiciste huir de nuestros enemigos, los que nos odian se apoderan de lo nuestro.

11. Nos entregaste como ovejas para que nos devoraran. Nos dispersaste por todo el mundo.

12. Vendiste a tu pueblo muy barato sin luchar por un buen precio.

13. Nos has convertido en objeto de los insultos de nuestros vecinos; los que nos rodean se burlan de nosotros y nos ridiculizan.

14. Nuestra desgracia ya sirve de refrán a las naciones. Cuando nos ven, se burlan de nosotros meneando la cabeza.

15. A todo instante me siento humillado, mi cara está cubierta de vergüenza

16. al oír las palabras de quienes me ultrajan e insultan. Es el enemigo que busca venganza.

17. Todo esto nos ha sucedido a pesar de que nunca te olvidamos ni rompimos tu pacto.

18. Nunca te traicionamos; nunca nos alejamos de ti.

Leer capítulo completo Salmos 44