1. Dios mío, hazme justicia y demuestra que soy inocente. Protégeme de los que no son tus fieles seguidores, de esa gente perversa y mentirosa.
2. Dios mío, tú eres mi refugio, ¿por qué me abandonaste? ¿Por qué tengo que andar triste y oprimido por el enemigo?
3. Envía tu luz y tu verdad para que me guíen. Me llevarán hasta tu monte santo, el lugar donde vives.
4. Así llegaré al altar de Dios, del Dios que me da tanta felicidad y le cantaré canciones de alabanza al ritmo de la cítara.
5. ¿Por qué tengo que estar tan angustiado y sufrir tanto? Confía en Dios. Volveré alabarlo por haberme salvado.
Leer capítulo completo Salmos 43