Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 38:8-21 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

8. Estoy tan adolorido que ya no doy más y mi corazón abatido me hace gritar.

9. SEÑOR, tú sabes lo que deseo. Has escuchado mis lamentos.

10. Mi corazón late exageradamente. Se me ha acabado la fuerza y mis ojos han perdido su brillo.

11. Mis amigos y quienes me querían no se acercan a mí por causa de mi enfermedad. Hasta mis familiares se han alejado de mí.

12. Mis enemigos me tienden trampas y amenazan con destruirme. Dicen mentiras de mí todo el tiempo.

13. Pero yo me hago el sordo y los ignoro. Me hago el mudo y no digo nada.

14. Soy como el que no oye; no puedo quejarme ni defenderme.

15. SEÑOR, yo espero en ti; tú, Señor y Dios mío, serás quien responda.

16. No permitas que mis enemigos se alegren con mi caída; no permitas que canten victoria.

17. Estoy a punto de rendirme; el dolor no me abandona.

18. Confieso mis culpas, me duele mi pecado.

19. Mis enemigos son fuertes; son muchos los que me odian sin causa.

20. Y esos que devuelven mal a cambio del bien siguen atacándome porque me esfuerzo en hacer el bien.

21. SEÑOR, no me abandones. Dios mío, no te quedes lejos de mí.

Leer capítulo completo Salmos 38