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Salmos 35:10-18 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

10. Y entonces, con todas las fuerzas de mi alma diré: «SEÑOR, no hay Dios como tú. Tú salvas a los oprimidos de sus opresores, a los pobres y necesitados de los que los explotan».

11. Los perversos me odian, y me acusan de crímenes que no he cometido.

12. Ellos pagan bien con mal y me causan mucho dolor.

13. Me tratan así aunque los acompañé en su dolor y me puse ropa áspera cuando estaban enfermos. Por la tristeza que sentí, los acompañé e hice ayunos. Cuando no se contestaron mis oraciones, murió uno de su familia.

14. Los traté como si fueran mis hermanos; compartí su dolor como por un amigo o un hermano. Guardé luto en señal de dolor como por una madre.

15. Pero cuando me vi en dificultades, se juntaron en mi contra y trataron de destrozarme. No me dieron descanso.

16. No eran mis verdaderos amigos; en realidad no los conocía. Me rodearon y me atacaron sin cesar; me trataron mal, se burlaron de mí y furiosos querían comerme vivo.

17. Señor, ¿cuánto tiempo te vas a quedar mirándome sin hacer nada? Salva mi vida, ¿qué más tengo? Sálvame de los que rugen como leones y quieren destruirme.

18. Te alabaré en la gran asamblea, te alabaré entre la multitud.

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