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Salmos 22:1-9 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Estás muy lejos para salvarme, muy lejos para entender mi llanto.

2. Dios mío, te he llamado una y otra vez durante el día y no has respondido. De noche sigo llamándote y tampoco me respondes.

3. Sin embargo, tú eres santo. Tú estás sentado como rey y tu trono son las alabanzas que te rinde Israel.

4. Nuestros antepasados confiaron en ti, y tú los salvaste.

5. Ellos pidieron tu ayuda, y tú los ayudaste a escapar de sus enemigos; confiaron en ti y encontraron una respuesta.

6. Entonces, ¿por qué no atiendes mis súplicas? ¿Acaso soy un gusano y no un hombre? La gente me desprecia;

7. todo el que me ve se burla de mí. Me hacen gestos de rechazo y me tratan mal.

8. Y dicen: «Que pida ayuda al SEÑOR, a ver si lo salva. Si tanto lo quiere, tendrá que salvarlo».

9. Dios mío, en el momento que salí del vientre de mi madre y ella me dio pecho, tú me hiciste sentir seguro.

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