Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 18:32-47 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

32. Dios es quien me reviste de valor y perfecciona mi camino.

33. Él me da pies como los de la cierva; y me mantiene firme aún en los lugares más altos.

34. Dios me prepara para la guerra; les da fuerza a mis brazos para que puedan lanzar dardos poderosos.

35. Dios mío, me has dado el escudo de tu salvación, has sido mi apoyo y me has ayudado a prosperar.

36. Dios mío, tú me ayudas a correr más rápido y les das fuerza a mis piernas.

37. Así puedo perseguir y atrapar a mis enemigos. No descansaré hasta derrotarlos.

38. Los derrotaré de modo que ellos nunca puedan levantarse de nuevo; todos ellos estarán bajo mis pies.

39. Dios mío, tú me das fuerzas en la batalla; haces que aquellos que me persiguen tengan que rendirse ante mí.

40. Tú me ayudas a derrotar a mis enemigos y a derribar a los que me odian.

41. Ellos pidieron ayuda, pero nadie fue en su auxilio. También llamaron al SEÑOR, pero él no les respondió.

42. Dispersé a mis enemigos como el viento dispersa el polvo. Los lancé lejos como al barro en las calles.

43. Tú me salvaste de conflictos militares, me pusiste a cargo de naciones. Gente que yo no conocí antes, ahora me sirve.

44. Esos que no me conocían tratarán de halagarme.

45. Tendrán temor de mí; saldrán de sus escondites temblando de miedo.

46. ¡El SEÑOR vive! Bendita sea mi roca. Alabado sea Dios mi Salvador.

47. Dios castiga a mis enemigos y los pone bajo mi control.

Leer capítulo completo Salmos 18