1. SEÑOR, ruego tu ayuda; escúchame cuando clamo a ti.
2. Que mi oración suba a ti como el incienso; que mis brazos levantados hacia ti sean como el sacrificio de la tarde.
3. SEÑOR, ponle un guardia a mi boca y un vigilante a la puerta de mis labios.
4. No permitas que mi corazón se incline a lo malo; ni que me una a los perversos para hacer maldades. No permitas que me junte con los que hacen el mal; ni que coma con ellos en sus fiestas.
5. Acepto que el justo me corrija, considero un acto de bondad que me reprenda; yo nunca rechazaría eso. Pero siempre seguiré tratando de hacer el bien y no aprobaré lo que hagan los perversos.
6. Cuando sus líderes sean castigados, se darán cuenta que yo decía la verdad.