Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 119:109-128 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

109. Mi vida ha estado en peligro muchas veces, pero nunca he olvidado tus enseñanzas.

110. Los perversos tratan de atraparme, pero yo nunca me alejo de tus instrucciones.

111. Tus requisitos me enseñan lo más valioso; hacen feliz mi corazón.

112. Siempre me esforzaré por obedecer tus mandatos hasta el final.

113. Odio a la gente hipócrita, pero amo tus enseñanzas.

114. Tú eres mi refugio y mi protector; confío en tu palabra.

115. Aléjense de mí, perversos, que quiero obedecer los mandamientos de mi Dios.

116. Dame el apoyo que me prometiste y viviré; confío en ti, no me decepciones.

117. Ayúdame y estaré a salvo para obedecer siempre tus mandatos.

118. Tú rechazas a todos los que abandonan tus mandatos porque sus pensamientos son falsedades.

119. Tú consideras chatarra inservible a los perversos que hay en la tierra, y por eso amaré tus enseñanzas para siempre.

120. Mi cuerpo tiembla de miedo, porque te temo y respeto tus leyes.

121. He hecho lo que es justo y honesto; no me dejes en manos de quienes quieren explotarme.

122. Haz bien a tu siervo y no permitas que los arrogantes me opriman.

123. Mis ojos están ya cansados de tanto esperar tu salvación, de esperar que se cumpla tu promesa de justicia.

124. Trata a este siervo tuyo conforme a tu fiel amor; enséñame tus mandatos.

125. Yo soy tu siervo, ayúdame a entender y aprender tus enseñanzas.

126. SEÑOR, es hora de que hagas algo, pues la gente está olvidando tus enseñanzas.

127. Amo tus mandamientos más que cualquier cosa en el mundo, aun más que el oro.

128. Por eso obedezco tus instrucciones y rechazo el camino de maldad.

Leer capítulo completo Salmos 119