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Nehemías 6:9-18 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

9. Nuestros enemigos estaban tratando de asustarnos creyendo que así íbamos a suspender las obras, pero yo oré: «Dios mío, dame más fuerzas».

10. Un día fui a la casa de Semaías, hijo de Delaías y nieto de Mehitabel. Él estaba encerrado en su casa y me habló muy preocupado: —Nehemías, vayamos a la casa de Dios y quedémonos dentro del templo con las puertas cerradas porque vendrán esta noche a matarte.

11. Pero yo le contesté: —¿Por qué tiene que huir un hombre como yo? Yo no le debo nada a nadie para tener que entrar al templo a salvar mi vida. Yo no tengo porque esconderme de nadie.

12. Me di cuenta de que Semaías no hablaba en nombre de Dios, sino que decía esa profecía contra mí porque Tobías y Sambalat le habían pagado para que lo hiciera.

13. Lo contrataron para asustarme y hacer que cometiera pecado al abandonar mi trabajo. Con eso, ellos planeaban tener una razón para desacreditarme.

14. «Dios mío, castiga a Tobías y a Sambalat por lo que han hecho. Reprende también a Noadías, la profetisa, y al resto de profetas que trataron de atemorizarme».

15. La reconstrucción de la muralla duró cincuenta y dos días y se terminó el día veinticinco del mes de elul.

16. Cuando todos nuestros enemigos y las naciones vecinas se enteraron de que habíamos terminado la muralla, todos ellos perdieron la confianza en sí mismos y se llenaron de temor. Entendieron que esa obra había sido hecha con la ayuda de Dios.

17. En esos días, Tobías mantenía constante correspondencia con la gente importante de Judá,

18. ya que muchas personas de Judá le habían prometido lealtad a Tobías por ser el yerno de Secanías hijo de Araj y porque su hijo Johanán se había casado con la hija de Mesulán hijo de Berequías.

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