Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Nehemías 6:8-12 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

8. Entonces le envié este mensaje a Sambalat: «Nada de lo que tú dices es cierto, son puros inventos tuyos».

9. Nuestros enemigos estaban tratando de asustarnos creyendo que así íbamos a suspender las obras, pero yo oré: «Dios mío, dame más fuerzas».

10. Un día fui a la casa de Semaías, hijo de Delaías y nieto de Mehitabel. Él estaba encerrado en su casa y me habló muy preocupado: —Nehemías, vayamos a la casa de Dios y quedémonos dentro del templo con las puertas cerradas porque vendrán esta noche a matarte.

11. Pero yo le contesté: —¿Por qué tiene que huir un hombre como yo? Yo no le debo nada a nadie para tener que entrar al templo a salvar mi vida. Yo no tengo porque esconderme de nadie.

12. Me di cuenta de que Semaías no hablaba en nombre de Dios, sino que decía esa profecía contra mí porque Tobías y Sambalat le habían pagado para que lo hiciera.

Leer capítulo completo Nehemías 6