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Nehemías 2:4-10 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

4. Entonces el rey me dijo: —¿Cómo te puedo ayudar? Antes de responder, le oré al Dios del cielo.

5. Entonces le dije al rey: —Si su Majestad está de acuerdo y cree que este siervo suyo merece ayuda, le ruego que me envíe a Judá, a la ciudad de Jerusalén. Esa es la ciudad de mis antepasados y quisiera poder ayudar a reconstruirla.

6. La reina estaba sentada al lado del rey y ambos me preguntaron: —¿Cuánto demorará tu viaje? ¿Cuándo regresarás? Le dije exactamente cuánto me demoraría y el rey estuvo de acuerdo en enviarme a Judá,

7. así que le sugerí: —Si su majestad está de acuerdo, le pido que me entregue cartas dirigidas a los gobernadores de las provincias que quedan al occidente del río Éufrates para que me dejen pasar libremente hasta que llegue a Judá.

8. Le ruego que una de esas cartas esté dirigida a Asaf, el administrador de los bosques del rey para que me suministre madera para las vigas de las puertas del templo, para la muralla de la ciudad y para la casa en donde voy a vivir. El rey me dio lo que le pedí debido a que Dios estaba conmigo.

9. Así que me presenté ante los gobernadores de la región al occidente del río Éufrates y les entregué las cartas del rey. El rey me había dado una escolta de caballería al mando de oficiales del ejército.

10. Cuando Sambalat, el horonita, y Tobías, el siervo amonita, se enteraron de lo que yo estaba haciendo, se disgustaron mucho al saber que había llegado alguien dispuesto a ayudar a la gente de Israel.

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