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Lamentaciones 4:12-22 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

12. Los reyes de la tierra no lo creyeron. Tampoco lo creyó ningún habitante de la tierra. No podían creer que un enemigo pudiera cruzar los portales de Jerusalén.

13. A causa de los pecados de sus profetas y los crímenes de sus sacerdotes, se derramó dentro de Jerusalén la sangre de gente justa.

14. Los profetas y sacerdotes vagaron ciegamente por las calles, tan manchados por la sangre que nadie quiere tocar sus vestidos.

15. «¡Aléjense, impuros!», les gritaban los demás. «¡Aléjense, no nos toquen!» Debido a que la ruina había caído sobre ellos y quedaron sin hogar, la gente les decía: «Ya no queremos que vivan con nosotros».

16. El SEÑOR mismo los destruyó y ya no los cuida. A los sacerdotes ya no los respetan, y a los ancianos ya no les tienen consideración.

17. Nuestros ojos se cansaron de tanto buscar ayuda en vano. Desde nuestra torre de vigilancia buscamos y buscamos una nación que nos salvara, pero nunca llegó.

18. Nuestros enemigos siguieron nuestros pasos para que no pudiéramos caminar en nuestras calles. Nuestro fin estaba cerca, nuestros días estaban contados. Había llegado nuestro fin.

19. Los hombres que nos perseguían eran más rápidos que las águilas del cielo. Nos persiguieron en las montañas y prepararon una emboscada en el desierto para atraparnos.

20. Atraparon a nuestro rey, el consagrado por el SEÑOR y que era para nosotros como el aire que respiramos. Nosotros creíamos que nuestro rey nos protegería de todas las naciones.

21. Canta y celebra, pueblo de Edom, que vives en la tierra de Uz, pero recuerda que la copa del sufrimiento también llegará hasta ti. Beberás de esa copa, te embriagarás y serás desvestido.

22. Tu castigo ha terminado, Sion; no te volverán a tomar prisionera. Ahora, pueblo de Edom, el Señor castigará tu crimen; te castigará por tus pecados.

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