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Jueces 9:1-15 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. Abimélec, hijo de Yerubaal, fue a Siquén, a casa de sus tíos maternos, y les dijo a ellos y a toda la familia de su mamá:

2. «Pregúntenles a los líderes de la ciudad de Siquén si es mejor para ustedes que todos los setenta hijos de Gedeón sean sus gobernantes, o si es mejor que uno solo de los hijos sea el gobernante. Recuerden que yo soy parte de su familia».

3. Los tíos de Abimélec hablaron con los líderes de Siquén y les hicieron la pregunta. Los líderes decidieron apoyar a Abimélec y dijeron: «Después de todo, él es nuestro hermano».

4. Así que los líderes de Siquén le dieron a Abimélec setenta trozos de plata que sacaron del templo de Baal Berit. Abimélec utilizó la plata para contratar a unos hombres detestables que lo seguían a todas partes.

5. Abimélec fue a Ofra, a la casa de su papá, y mató al mismo tiempo a todos sus hermanos, los setenta hijos de Yerubaal. Solamente Jotán, el hijo menor, pudo esconderse y salvarse.

6. Luego los líderes de Siquén y Bet Miló se reunieron junto al gran roble y la piedra sagrada, y establecieron a Abimélec como su rey.

7. Jotán se enteró de que los líderes de Siquén habían hecho rey a Abimélec. Entonces, subió al monte Guerizín y gritó para que todos lo escucharan: «Escúchenme todos los líderes de Siquén, que luego Dios los escuchará.

8. Un día los árboles decidieron nombrar un rey para que los gobernara, así que le pidieron al olivo que fuera el gobernante.

9. Pero el olivo les dijo que no, porque para ser rey tendría que dejar de producir su aceite. Ese aceite es muy útil para honrar a Dios y a los hombres.

10. »Luego le dijeron a la higuera que fuera gobernante.

11. Pero la higuera respondió que no, porque para ser rey tendría que dejar de producir sus dulces y sabrosos frutos.

12. »Entonces los árboles le pidieron al viñedo que fuera el rey.

13. Pero el viñedo dijo que no, porque para ser rey tendría que dejar de producir vino. Y el vino hace felices a Dios y a los hombres.

14. »Finalmente los árboles le pidieron al árbol de espinas que fuera el rey.

15. Pero el árbol de espinas respondió: “Si de verdad quieren que yo sea el rey, entonces vengan a buscar mi sombra. Pero si no quieren, entonces que salga fuego del espino y que se quemen todos los cedros del Líbano”.

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