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Jueces 8:7-25 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

7. Gedeón dijo: —No me darán comida, pero el SEÑOR me ayudará a atrapar a Zeba y Zalmuna, y luego volveré. Les golpearé todo el cuerpo con espinas y zarzas del desierto.

8. Gedeón y sus hombres salieron de ese lugar hacia Peniel. Allí, Gedeón pidió el mismo favor a los habitantes de Peniel, pero ellos le respondieron igual que los de Sucot.

9. Gedeón dijo a los habitantes de Peniel: —Después de lograr la victoria regresaré y destruiré esta torre.

10. Zeba y Zalmuna estaban en la ciudad de Carcor con su ejército de quince mil hombres. Era todo lo que quedaba del ejército de la gente del oriente, pues ya habían muerto en batalla ciento veinte mil hombres.

11. Gedeón y sus hombres siguieron por el camino que limita con el desierto, al oriente de las ciudades de Noba y Yogbea. Gedeón llegó hasta la ciudad de Carcor y atacó a sus enemigos, quienes no estaban preparados para el ataque.

12. Zeba y Zalmuna, los dos reyes madianitas, salieron huyendo, pero Gedeón los persiguió y los atrapó. Gedeón y sus hombres derrotaron al ejército enemigo.

13. Gedeón hijo de Joás y sus hombres regresaron de la batalla por un camino llamado paso de Jeres.

14. Gedeón capturó a un joven de la ciudad de Sucot y le hizo algunas preguntas. El joven escribió los nombres de los líderes y ancianos de la ciudad de Sucot. En total escribió setenta y siete nombres.

15. Entonces Gedeón regresó a la ciudad de Sucot y dijo: —Ustedes se burlaron de mí, diciendo: “¿Por qué tenemos que darles de comer a tus hombres? ¿Acaso ya atraparon a Zeba y Zalmuna?” Pues bien, aquí están Zeba y Zalmuna.

16. Gedeón tomó espinas y zarzas del desierto y empezó a golpear a los ancianos líderes de Sucot.

17. Luego destruyó la torre de la ciudad de Peniel y mató a todos los hombres que vivían allí.

18. Gedeón preguntó a Zeba y Zalmuna: —¿Cómo eran los hombres que ustedes mataron en el monte Tabor? Zeba y Zalmuna respondieron: —Ellos eran como tú, cada uno parecía un príncipe.

19. Gedeón dijo: —Ellos eran mis hermanos, hijos de mi mamá. Tan cierto como que el SEÑOR vive, les aseguro que si ustedes no los hubieran matado, yo tampoco los mataría a ustedes ahora.

20. Entonces, Gedeón le dijo a Jéter, su hijo mayor: —¡Levántate y mátalos! Pero Jéter era todavía muy joven y no se atrevió a sacar su espada.

21. Zeba y Zalmuna le dijeron a Gedeón: —Ven tú mismo y mátanos, pues eres hombre maduro y suficientemente fuerte para hacerlo. Gedeón se levantó y mató a Zeba y Zalmuna. Luego arrancó los adornos reales en forma de luna que tenían colgados los camellos de Zeba y Zalmuna.

22. Los israelitas le dijeron a Gedeón: —Tú nos salvaste de los madianitas. Ahora queremos que seas nuestro gobernante. Queremos que tú, tu hijo y tu nieto sean nuestros gobernantes.

23. Pero Gedeón contestó: —Ni mi hijo ni yo seremos sus gobernantes, el SEÑOR será su gobernante.

24. Y también les dijo: —Quiero que hagan algo por mí, que cada uno me entregue un anillo de oro de los que obtuvieron en el botín. Es que los ismaelitas acostumbraban usar anillos de oro.

25. Y ellos respondieron: —Claro que te daremos lo que pides. Extendieron un abrigo en el suelo y cada uno puso una joya.

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