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Jueces 6:26-40 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

26. Luego construye allí un altar apropiado para el SEÑOR tu Dios. Mata al toro y haz una hoguera con la madera del poste que derrumbaste. Quema allí al toro y ofrécelo como sacrificio para el SEÑOR.

27. Gedeón llamó a diez de sus hombres para que le ayudaran a hacer lo que el SEÑOR le había mandado. Sin embargo, Gedeón tenía miedo de que lo viera su familia o la gente del pueblo, así que lo hizo durante la noche en lugar de durante el día.

28. A la mañana siguiente, la gente se sorprendió mucho cuando vio que el altar de Baal y el poste de Aserá que estaba al lado habían sido destruidos. Todos vieron, además, el toro que había sido ofrecido sobre el nuevo altar edificado.

29. Todos se preguntaban entre sí: «¿Quién pudo haber hecho esto?» Luego de mucho buscar y preguntar, alguien dijo que Gedeón, el hijo de Joás, lo había hecho.

30. Entonces algunos hombres del pueblo se acercaron a Joás y le dijeron: —Tu hijo destruyó el altar de Baal y el poste de Aserá que estaba al lado. Trae a tu hijo porque tiene que morir.

31. Entonces Joás les dijo a todos los que estaban allí: —¿Van a defender a Baal y a pelear a favor de él? ¿Van a rescatarlo? Si alguien está a favor de Baal, que muera antes del amanecer. Si Baal es un Dios de verdad, que él mismo se defienda porque alguien ha destruido su altar.

32. Joás dijo: «Si Gedeón destruyó el altar de Baal, entonces que Baal se enfrente con él». Y ese mismo día Joás le dio otro nombre a su hijo. Lo llamó Yerubaal.

33. Los madianitas, los amalecitas y la gente del oriente se reunieron, cruzaron el río Jordán y acamparon en el valle de Jezrel.

34. Pero el Espíritu del SEÑOR entró en Gedeón y le dio mucho poder. Gedeón tocó una trompeta para llamar a los del grupo de Abiezer.

35. También envió mensajeros por todas partes para que llamaran a las tribus de Manasés, Aser, Zabulón y Neftalí. A todos los mandó llamar para que se reunieran con él y pelearan juntos.

36. Luego Gedeón le dijo a Dios: «Tú dijiste que me ayudarías a salvar al pueblo de Israel. ¡Dame una prueba!

37. Voy a poner la piel de una oveja en el piso donde se trilla el trigo. Si por la mañana la piel de oveja está mojada pero el suelo está seco, sabré que me usarás para salvar al pueblo de Israel tal como habías dicho».

38. Y eso fue exactamente lo que sucedió. Gedeón se levantó temprano al día siguiente y escurrió la piel de la oveja. Con lo que escurrió de la piel, llenó una taza de agua.

39. Entonces Gedeón le dijo a Dios: «No te enojes conmigo. Déjame pedirte sólo una cosa más. Déjame hacer otra prueba con la piel de oveja. Esta vez que la piel de oveja quede seca y que el suelo amanezca mojado de rocío».

40. Esa noche Dios lo hizo así. La piel amaneció seca, pero el suelo amaneció mojado por el rocío.

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