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Jueces 19:7-21 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

7. El levita se levantó para irse pero el suegro le insistió tanto que se quedó una noche más.

8. Al quinto día, el levita se levantó temprano y empezó a preparar el viaje, pero el suegro le dijo: —Come algo, quédate hasta la tarde. Y otra vez comieron y bebieron juntos.

9. El levita, la mujer y el sirviente se levantaron para irse, pero el suegro dijo: —Ya es tarde, es mejor que se queden esta noche, pues está muy oscuro para viajar. Quédense esta noche y pásenla bien. Mañana pueden salir temprano para su casa.

10. Pero el levita no quería quedarse, así que se fue con la mujer y los burros. Esa noche llegaron hasta la ciudad de Jebús, que es otro nombre de Jerusalén.

11. Ya era muy tarde y el sirviente le dijo al levita: —Señor, entremos a este pueblo y pasemos aquí la noche.

12. El levita respondió: —¡No! No podemos entrar a un pueblo que no es de Israel. Tenemos que ir hasta la ciudad de Guibeá.

13. Sigamos andando hasta llegar a Guibeá o Ramá y allí pasaremos la noche.

14. Así que siguieron andando y el sol se ocultó cuando llegaron a Guibeá en el territorio de Benjamín.

15. Entonces entraron a Guibeá para pasar la noche allí. Llegaron hasta la plaza y se sentaron, pero nadie se acercó para invitarlos a pasar la noche en una casa.

16. Un anciano que venía de trabajar en el campo llegó a la plaza del pueblo. El anciano era de la región montañosa de Efraín, pero estaba viviendo como forastero en Guibeá. La gente de Guibeá era de la tribu de Benjamín.

17. El anciano vio al levita en la plaza y le dijo: —¿A dónde vas y de dónde vienes?

18. El levita le respondió: —Venimos desde Belén de Judá y vamos para la parte más lejana de la región montañosa de Efraín. Yo soy de Efraín, hace días viajé a Belén de Judá y ahora voy para mi casa pero nadie nos ha ofrecido alojamiento.

19. Tenemos paja y granos para los burros y hay suficiente pan y vino para los tres que viajamos. No necesitamos nada.

20. El anciano dijo: —No puedes pasar la noche en la plaza. Eres bienvenido en mi casa, yo me haré cargo de todo lo que necesites.

21. Entonces el anciano llevó a los tres viajeros a su casa, les dio comida a los burros y luego se lavaron los pies, comieron y bebieron.

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