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Josué 6:18-27 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

18. Pero cuídense de no tocar ni llevarse nada de lo que ha sido consagrado a la destrucción, porque entonces por culpa de ustedes Dios consagrará a la destrucción al campamento de Israel y lo castigará.

19. También pertenecen únicamente al SEÑOR toda la plata, el oro y objetos de bronce y de hierro, e irán a la tesorería del SEÑOR.

20. Entonces la gente gritó, y los sacerdotes tocaron las trompetas. Tan pronto como el pueblo escuchó el toque de trompeta prolongado, todos dieron un fuerte grito, y la muralla se derrumbó. Entonces, desde donde se encontraba, cada soldado subió directamente contra la ciudad, y la capturaron.

21. Mataron con la espada a todos en la ciudad, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, ganado, rebaños y burros.

22. Josué les dijo a los dos hombres que habían espiado la tierra: «Entren a la casa de la prostituta y saquen a la mujer y a toda su familia, tal como lo juraron».

23. Así que los dos hombres que habían sido espías fueron y sacaron a Rajab, al papá, a la mamá, a los hermanos y a todos los parientes de ella y los pusieron afuera del campamento de Israel.

24. Luego, los israelitas quemaron la ciudad y todo lo que había en ella. Sólo la plata, el oro y los objetos de bronce y de hierro los guardaron en la tesorería de la casa del SEÑOR.

25. Pero Josué les perdonó la vida a Rajab, la prostituta, y a todos sus parientes. Sus descendientes han vivido en Israel hasta hoy porque escondió a los mensajeros que Josué había enviado a espiar en Jericó.

26. En ese momento Josué hizo este juramento: «Que el SEÑOR maldiga al que intente reconstruir la ciudad de Jericó. Que a costa de la vida de su hijo mayor eche los cimientos, y a costa de la vida de su hijo menor restaure sus puertas».

27. Así el SEÑOR estaba con Josué, y su reputación se difundió por toda la tierra.

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