20. Si ustedes abandonan al SEÑOR y sirven a dioses distintos, entonces él se volverá contra ustedes y les traerá desastres y los destruirá, aún cuando ya los ha hecho prósperos.
21. Entonces el pueblo le dijo a Josué: —¡No! ¡Nosotros serviremos al SEÑOR!
22. Entonces Josué dijo al pueblo: —Observen a toda esta gente y obsérvense ustedes mismos. Todos ustedes ya saben y están de acuerdo que han decidido servir al SEÑOR, ¿cierto? Ustedes mismos son sus propios testigos, ¿verdad? Y ellos dijeron: —Somos testigos.
23. Así que Josué dijo: —Ahora quiten los otros dioses de entre ustedes y vuélvanse de todo corazón al SEÑOR, el Dios de Israel.
24. Entonces la gente le dijo a Josué: —Serviremos al SEÑOR nuestro Dios y lo obedeceremos.
25. Así que ese día Josué hizo un pacto con el pueblo. Le hizo estatutos y leyes en Siquén.
26. Josué escribió esas leyes en el libro de las enseñanzas de Dios. Luego tomó una roca grande y la puso debajo de la encina que estaba en el santuario del SEÑOR.
27. Entonces Josué le dijo a la gente: —Miren, esta piedra será testigo ante nosotros, porque ha escuchado todas las palabras que el SEÑOR nos ha dicho. Así que será testigo ante ustedes, para que no mientan a su Dios.
28. Entonces Josué despidió a la gente, cada uno a su propia tierra.