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Josué 10:1-13 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. El rey de Jerusalén, Adonisédec, tuvo mucho miedo cuando se enteró que Josué había capturado y destruido completamente a la ciudad de Hai, haciendo con ella y con su rey lo mismo que había hecho con Jericó y con su rey. También se llenó de temor al enterarse de que los habitantes de Gabaón habían hecho un tratado de paz con Israel y estaban viviendo entre ellos.

2. Es que Gabaón era una ciudad grande, como una ciudad real, más grande que Hai. Además, todos los hombres de Gabaón eran hombres de guerra.

3. Así que el rey Adonisédec de Jerusalén mandó el siguiente mensaje al rey Hohán de Hebrón, al rey Pirán de Jarmut, al rey Jafía de Laquis y al rey Debir de Eglón:

4. «Vengan y ayúdenme a atacar a Gabaón, porque ha hecho un acuerdo de paz con Josué y los israelitas».

5. Entonces los cinco reyes de los amorreos de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón se unieron con todos sus ejércitos, acamparon cerca de Gabaón y la atacaron.

6. Pero la gente de Gabaón envió el siguiente mensaje a Josué al campamento en Guilgal: «No abandone a sus siervos. Venga rápido, sálvennos y ayúdennos, porque todos los reyes de los amorreos que viven en las montañas se unieron para atacarnos».

7. Entonces Josué salió de Guilgal con todo el ejército, incluyendo los mejores hombres de guerra.

8. El SEÑOR le dijo a Josué: «No les tengas miedo, pues yo haré que los venzas. Ni uno solo de ellos podrá contigo».

9. Así que Josué, después de marchar toda la noche desde Guilgal, cayó de sorpresa sobre los amorreos.

10. El SEÑOR los hizo entrar en pánico cuando vieron a los israelitas, quienes les causaron una gran derrota en Gabaón, y los persiguieron por todo el camino que va hasta Bet Jorón. Les siguieron causando bajas a los amorreos hasta Azeca y Maquedá.

11. Mientras huían de los israelitas por el camino que sale de Bet Jorón, el SEÑOR arrojó sobre los amorreos grandes piedras de granizo por todo el camino hasta Azeca, y murieron. Más gente murió por causa del granizo que por las espadas de los israelitas.

12. Luego Josué habló con el SEÑOR el día que el SEÑOR entregó los amorreos a los israelitas. Josué dijo en presencia del pueblo de Israel: «Sol, quédate quieto en Gabaón; y luna, detente en el valle de Ayalón».

13. Y el sol se quedó quieto y la luna se detuvo, hasta que la nación de Israel se vengó de sus enemigos. ¿No está eso escrito en El libro de Jaser? El sol se detuvo en medio del cielo y se demoró en ocultarse como un día.

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