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Jeremías 9:1-10 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. Quisiera que mi cabeza fuera un manantial y mis ojos se convirtieran en una fuente de lágrimas. Así podría llorar día y noche por todos los muertos de mi pueblo.

2. ¡Ojalá tuviera una choza en el desierto, para abandonar a mi pueblo y alejarme de él! Todos ellos han sido infieles, son un pueblo de traidores.

3. «Su lengua es como un arco y sus mentiras son las flechas. En el país domina la mentira, no la verdad, pues cada día van de mal en peor; No me conocen». Lo dice el SEÑOR.

4. Cuídense de su vecino, no confíen ni en su hermano, porque todo hermano es un engañador y todo semejante anda calumniando.

5. Cada cual le miente a su semejante; no dicen la verdad. Han adiestrado su lengua a decir mentiras y pecan hasta más no poder.

6. «Tú vives en medio de traidores que debido a su falsedad se niegan a reconocerme». Lo dice el SEÑOR.

7. Por eso el SEÑOR Todopoderoso dice: «Los voy a refinar, a poner a prueba, pues, ¿qué más puedo hacer por mi pueblo?

8. Su lengua es como una flecha afilada; su boca sólo dice mentiras. Le hablan amablemente a su semejante pero en su interior planean aprovecharse de él.

9. ¿Es que no he de castigarlos por todo eso? ¿Acaso no voy a darle lo que se merece a un pueblo de esa calaña?» Lo dice el SEÑOR.

10. «Lloraré y gemiré por los montes; entonaré una canción fúnebre por las praderas del desierto, porque están tan desoladas que ya nadie pasa por ellas. Ya no se oye el mugido del ganado; los pájaros se han ido lejos, los animales han huido.

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