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Jeremías 6:8-20 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

8. Aprende tu lección, Jerusalén, y así no me separaré de ti. Si no me escuchas, te convertiré en una tierra destruida y desolada».

9. Esto dice el SEÑOR Todopoderoso: «Que busquen a los que queden de Israel, como quien rebusca uvas en un viñedo. Revisa de nuevo cada rama, como hace el recolector de uvas».

10. ¿A quién hablaré y advertiré? ¿Quién escuchará? Tienen tapados los oídos y no pueden escuchar. Se avergüenzan de la palabra del SEÑOR, no les gusta.

11. Pero yo estoy lleno de la ira del SEÑOR, ya no puedo contenerla. «Derrámala sobre el niño de la calle y sobre las pandillas de jóvenes, porque serán apresados el marido y la mujer, el viejo y el anciano cargado de años.

12. Sus casas se las darán a otros junto con sus campos y sus mujeres; porque levantaré mi mano contra los habitantes de este país. Es la decisión del SEÑOR.

13. »Desde el más chico hasta el más grande, andan viendo a ver qué se roban. Los profetas y los sacerdotes son todos unos estafadores.

14. Porque curan las heridas de mi pueblo de manera superficial, y dicen: “Todo quedará en paz, tranquilos”, cuando en realidad todo está mal.

15. ¿Acaso les ha dado vergüenza por las cosas horrendas que han hecho? No les ha dado vergüenza de nada, ni siquiera saben lo que es avergonzarse. Por eso caerán junto con todos los demás; cuando castigue a los otros, ellos también caerán». Es la decisión del SEÑOR.

16. Esto dice el SEÑOR: «Párense en los caminos y miren, pregunten por los senderos antiguos, busquen el buen camino y sigan por él. Así encontrarán descanso para su alma. Pero ustedes han dicho: “No queremos seguir el buen camino”.

17. Coloqué unos hombres para que hicieran guardia por ustedes y les advirtieran: “Estén pendientes del sonido de la trompeta”. Pero ellos dijeron: “No estaremos pendientes”.

18. Por eso, naciones, ¡escuchen esto! y ¡entérense de lo que le va a suceder a este pueblo!

19. Que toda la tierra escuche esto: Traeré una desgracia a este pueblo; es lo que se merecen por sus planes perversos, porque no prestaron atención a mis palabras y rechazaron mis enseñanzas.

20. ¿Qué gano yo con el incienso que me traen de Sabá o con el olor de la caña de tierras lejanas? No me gustan sus sacrificios que deben quemarse completamente ni sus otros sacrificios».

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