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Jeremías 51:51-64 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

51. «Nos sentimos avergonzados porque escuchamos los insultos. Estamos cubiertos de humillación porque los extranjeros se han metido en los santos lugares del templo del SEÑOR».

52. «Por tanto, se acerca el día, dice el SEÑOR, en que castigaré a los ídolos de Babilonia, y por todo ese país se oirá el gemido de sus heridos.

53. Aunque Babilonia suba hasta los cielos para fortificar muy en alto sus defensas, hasta allí yo le enviaré destructores, dice el SEÑOR.

54. »Desde Babilonia se oye terrible griterío por la gran destrucción del país de los babilonios.

55. Es que el SEÑOR está destruyendo a Babilonia y está acabando con su bullicio. Sus enemigos rugen como las olas poderosas, resuena el estruendo de la voz de ellos.

56. Llega un destructor contra Babilonia. Sus guerreros serán castigados, y sus arcos serán destruidos. Porque el SEÑOR es un Dios que le da a cada cual su merecido.

57. Voy a emborrachar a sus funcionarios, sabios, gobernadores, magistrados y militares. Dormirán un sueño eterno del que no despertarán». Es la decisión del Rey; su nombre es el SEÑOR Todopoderoso.

58. Así dice el SEÑOR Todopoderoso: «Los anchos muros de Babilonia serán completamente derribados, y sus altas puertas serán incendiadas. Los pueblos trabajaron en vano y las naciones se fatigaron sólo para lo que se devora el fuego».

59. Este es el mensaje que el profeta Jeremías le dio a Seraías, hijo de Nerías y nieto de Maseías, cuando se fue con el rey Sedequías de Judá a Babilonia en el cuarto año de su reinado. Seraías era el funcionario real a cargo de este viaje.

60. Jeremías había escrito en un rollo todo el sufrimiento que caería sobre Babilonia, o sea todo lo que tenía que ver con ella

61. y Jeremías le dijo a Seraías: «Cuando vayas a Babilonia, asegúrate de leerles en voz alta todo este mensaje

62. y diles: “SEÑOR, tú has dicho que acabarás con este lugar, hasta tal punto que nadie vivirá más aquí, ni seres humanos ni animales, porque para siempre quedará convertido en un desierto”.

63. Y una vez que hayas terminado de leer el rollo, átale una piedra y lánzalo al río Éufrates,

64. entonces dirás: “Así se hundirá Babilonia y nunca más se levantará de la destrucción que haré caer sobre ella”». Aquí terminan las palabras de Jeremías.

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