26. Nadie utilizará ninguna de tus piedras para ser usada como piedra principal o piedra de cimiento, porque quedarás desolada para siempre, dice el SEÑOR.
27. »Levanten en el país la bandera de ataque, toquen la trompeta entre las naciones; preparen a las naciones para la guerra contra ella. Convoquen contra ella a las naciones de Ararat, Mini y Asquenaz. Nombren a un general que la dirija, y que avancen los caballos como plaga de langostas.
28. Convoquen a las naciones contra ella, a los reyes de Media, a sus gobernadores y oficiales, y a todo el territorio de su imperio.
29. La tierra tiembla y se estremece de angustia porque se cumplen los planes del SEÑOR contra Babilonia de convertirla en un desierto desolado.
30. Los guerreros de Babilonia han dejado de combatir; se esconden en sus fortalezas; desfallecen, parecen mujeres. Sus casas han sido incendiadas y sus cerrojos destrozados.