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Jeremías 44:12-26 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

12. Tomaré a los que quedaron de Judá y tercamente decidieron irse a vivir a Egipto y haré que mueran allí. Todos morirán, desde el más pequeño hasta el más grande; morirán en batalla o el hambre acabará con ellos. Serán vistos como modelo de maldición, de aniquilamiento, de espanto y humillación,

13. pues castigaré a los que viven en Egipto como castigué a Jerusalén, con guerra, hambre y enfermedades.

14. Ni uno solo de esos pocos que quedaron de Judá y que se fueron a vivir a Egipto, volverá a Judá. Y aunque anhelen volver a Judá para vivir allá, no regresarán, a no ser por algunos refugiados”».

15. Entonces los hombres que sabían que sus esposas ofrecían incienso a otros dioses, al igual que las mujeres que se hallaban presentes, los cuales formaban un grupo grande, más todo el pueblo que vivía en Egipto, respondieron a Jeremías diciendo:

16. —No vamos a hacerle caso al mensaje que nos has dado de parte del SEÑOR.

17. Por el contrario, seguiremos haciendo todo lo que dijimos que haríamos. Seguiremos ofreciendo incienso y ofrendas de vino a la Reina del Cielo, como siempre lo hemos hecho y como lo hicieron nuestros antepasados, nuestros reyes y jefes, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces teníamos comida en abundancia, nos iba bien y no teníamos ningún sufrimiento.

18. Pero desde que dejamos de ofrecer incienso y ofrendas de vino a la Reina del Cielo, nos ha faltado todo y la guerra y el hambre están matándonos.

19. Y las mujeres añadieron: —Cuando ofrecíamos holocaustos y bebidas a la Reina del Cielo, ¿acaso no sabían nuestros esposos que hacíamos tortas con su imagen y le ofrecíamos ofrendas de vino?

20. Entonces Jeremías le contestó a todo el pueblo, es decir, a todos los hombres y mujeres que le habían respondido así:

21. —¿Creen ustedes que el SEÑOR no se acuerda o no se daba cuenta de que ustedes, sus antepasados, sus reyes, sus jefes y el pueblo en general, ofrecían incienso en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?

22. El SEÑOR ya no podía resistir más las malas acciones y las porquerías que ustedes hacían. Eso fue lo que ocasionó que su país se convirtiera en modelo de maldición, en un lugar en ruinas y sin habitantes, tal como lo es hasta el día de hoy.

23. La tragedia que ustedes han sufrido fue causada precisamente por haber ustedes quemado incienso y pecado contra el SEÑOR, por no haberle hecho caso al SEÑOR ni haber obedecido sus leyes, ni sus ordenanzas ni sus mandatos.

24. Entonces Jeremías les dijo al pueblo y a las mujeres: —Pueblo de Judá que vives en la tierra de Egipto, escucha el mensaje del SEÑOR.

25. Esto dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: “Ustedes y sus esposas han dicho: ‘Ciertamente cumpliremos nuestra promesa de ofrecer incienso y ofrendas de vino a la Reina del Cielo’. Bueno, con sus hechos demuestran que cumplen lo que prometen, vayan pues y cumplan sus promesas.

26. Pero escucha el mensaje del SEÑOR, pueblo de Judá que vive en Egipto: ‘Juro por mi gran nombre, dice YAVÉ, que ninguno del pueblo de Judá que vive en Egipto volverá a pronunciar mi nombre diciendo “Juro por el Señor YAVÉ”.

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