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Jeremías 38:11-22 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

11. Así lo hizo Ebedmélec, y fue al depósito de ropa del palacio y sacó telas y trapos viejos, los cuales bajó a la cisterna por medio de sogas para sacar a Jeremías.

12. Entonces el etíope Ebedmélec le dijo a Jeremías: —Coloca los trapos debajo de tus axilas, entre las sogas y tu piel. Y así lo hizo Jeremías.

13. Los hombres tiraron de las sogas y lo sacaron de la cisterna. Entonces Jeremías se quedó en el patio de la prisión.

14. El rey Sedequías mandó traer al profeta Jeremías para que se presentara ante él, a la tercera puerta del templo del SEÑOR. El rey le dijo allí a Jeremías: —Quiero hacerte una pregunta y espero que no me ocultes nada.

15. Entonces Jeremías le respondió a Sedequías: —Si respondo a la pregunta de Su Majestad, lo más seguro es que me mande matar, y si le doy mi consejo, no me hará caso.

16. El rey Sedequías le juró en secreto a Jeremías esto: «Juro por el SEÑOR que nos creó y nos dio vida que no te mataré y que no te entregaré en manos de esos hombres que quieren matarte».

17. Entonces Jeremías le dijo a Sedequías: —Esto dice el SEÑOR Todopoderoso, Dios de Israel: “Si te rindes ante los oficiales del rey de Babilonia, salvarás tu vida, esta ciudad no será incendiada, y tú y tu familia vivirán.

18. Pero si no te rindes ante los oficiales del rey de Babilonia, entonces esta ciudad será entregada en manos de los babilonios, la incendiarán y no podrás escapar de él”.

19. El rey Sedequías le dijo a Jeremías: —Tengo miedo de los judíos que se pusieron de parte de los babilonios porque me pueden entregar en sus manos para que me torturen.

20. Jeremías le respondió: —Eso no sucederá. Escuche Su Majestad el mensaje del SEÑOR que le estoy dando y todo saldrá bien, y vivirá.

21. Pero si se niega a rendirse, esto es lo que el SEÑOR me ha mostrado que sucederá:

22. Todas las mujeres que permanezcan en el palacio del rey de Judá serán entregadas a los oficiales del rey de Babilonia, y dirán: “Tus mejores amigos te han traicionado y te han vencido. Tienes los pies hundidos en el lodo y tus aliados te dieron la espalda”.

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