Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Jeremías 37:12-21 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

12. Jeremías salió de Jerusalén para dirigirse a la tierra de Benjamín a recibir una herencia.

13. Pero al llegar a la puerta de Benjamín, un capitán de la guardia llamado Irías, hijo de Selemías y nieto de Jananías, detuvo al profeta Jeremías diciendo: —Vas a pasarte a los babilonios.

14. Jeremías dijo: —¡Eso no es cierto, no voy a pasarme a los babilonios! Pero Irías no le hizo caso, sino que lo arrestó y lo llevó ante los oficiales.

15. Los oficiales enfurecidos contra Jeremías lo golpearon y lo encarcelaron en la casa del escriba Jonatán, la cual habían convertido en prisión.

16. Jeremías permaneció en el calabozo, o sea en la celda abovedada, donde permaneció por muchos días.

17. El rey Sedequías mandó traer a Jeremías y lo interrogó en secreto en el palacio, diciendo: —¿Tienes algún mensaje del SEÑOR? Y Jeremías respondió: —Sí, sí tengo. Este es el mensaje: “Caerás en manos del rey de Babilonia”.

18. Entonces Jeremías le dijo al rey Sedequías: —¿En qué he pecado contra Su Majestad, sus siervos y su pueblo para que me encarcele?

19. ¿Dónde están los profetas que profetizaban que el rey de Babilonia no vendría contra ustedes ni contra este país?

20. Escúcheme ahora, Su Majestad, le pido que me tenga compasión y no me haga volver a la casa del escriba Jonatán, no sea que yo muera allí.

21. Entonces el rey Sedequías ordenó que pusieran a Jeremías en el patio de la prisión y que, mientras hubiera pan en la ciudad, le dieran un pedazo horneado de la calle de los Panaderos. Así, Jeremías permaneció en el patio de la prisión.

Leer capítulo completo Jeremías 37