19. También hice que bebieran de esa copa el faraón, rey de Egipto, sus siervos, príncipes y todo su pueblo,
20. a todos los habitantes del desierto, a todos los reyes del país de Uz, a todos los reyes del territorio de los filisteos, es decir, a los reyes de Ascalón, Gaza, Ecrón y lo que quedaba de Asdod,
21. a Edom, a Moab y a Amón;
22. también a todos los reyes de Tiro, de Sidón y a los reyes de las costas del otro lado del mar.
23. También hice beber de esa copa a los pueblos de Dedán, Temá y Buz y a todos los pueblos que se rapan el cabello en las sienes;
24. también a todos los reyes de Arabia y a todos los que viven en el desierto;
25. a todos los reyes de Zimri, Elam y Media;
26. a todos los reyes del norte, los de cerca y los de lejos, uno tras otro; y a todos los reinos que hay sobre la faz de la tierra. El rey de Babilonia beberá después de todos ellos.
27. «Diles esto: “Esto dice el SEÑOR Todopoderoso, Dios de Israel: Beban, emborráchense, vomiten, cáiganse y no se levanten a causa de la guerra que les voy a enviar”.
28. Y si se niegan a tomar de tu mano la copa para beber de ella, tú les dirás: “Esto dice el SEÑOR Todopoderoso: Tendrán que beberla quieran o no.
29. Miren, en la ciudad que lleva mi nombre, voy a empezar a causar sufrimiento. ¿Y ustedes creen que se van a quedar sin castigo? Pues no escaparán porque voy a enviar la guerra sobre todos los habitantes de la tierra”, dice el SEÑOR Todopoderoso.
30. »Tú, Jeremías, profetiza contra ellos todo esto. Diles: »El SEÑOR ruge desde lo alto, lanza su voz desde el santo lugar donde habita. Le está gritando a su rebaño, gritos como los que dan los que pisan la uva; grita contra todos los habitantes de la tierra.
31. El estruendo se oye en todos los rincones de la tierra porque el SEÑOR acusa a todas las naciones. Él va a iniciar un juicio contra todo ser humano y condenará a muerte a los perversos, Es la decisión del SEÑOR».
32. Esto dice el SEÑOR Todopoderoso: «El desastre va a extenderse de nación en nación; una tormenta espantosa se levanta desde los rincones de la tierra».
33. En ese momento los que el SEÑOR haya matado quedarán tendidos de un extremo a otro de la tierra. Nadie hará duelo por ellos ni los enterrará; quedarán tirados como estiércol sobre la faz de la tierra.
34. Pastores de Israel, griten y giman de dolor. Revuélquense en el polvo, guías del rebaño. Ha llegado la hora de que ustedes sean degollados. Los romperé en pedazos y ustedes caerán como un vaso precioso.
35. Los pastores no podrán huir, y no habrá escapatoria para los líderes del rebaño.
36. Puedo oír los gritos de los pastores y los gemidos de los líderes del rebaño, porque el SEÑOR está destruyendo sus campos.
37. Los pastos hermosos serán destruidos por la tremenda furia del SEÑOR.