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Jeremías 20:9-17 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

9. Yo dije: «Ya no anunciaré más de él; no volveré a hablar en su nombre», pero su mensaje dentro de mí se convierte en un fuego ardiente que me cala hasta los huesos. Hago todo lo que puedo por contenerlo, pero me es imposible.

10. He escuchado a muchos que susurran burlonamente: «¡El terror lo tiene rodeado! ¡Anunciemos el terror, anunciémoslo!» Incluso mis amigos me observan para ver si me equivoco, y dicen: «Esperemos a que se equivoque y así podremos derrotarlo para poder vengarnos de él».

11. Pero el SEÑOR está conmigo como un poderoso guerrero. Por eso los que me persiguen tropezarán y no podrán ganar; fracasarán y quedarán avergonzados. Su deshonor será permanente, nunca se olvidará.

12. SEÑOR Todopoderoso, que juzgas lo que está bien, que ves nuestros deseos y pensamientos, déjame ver tu venganza en contra de ellos. Te lo pido porque he puesto mi caso en tus manos.

13. ¡Canten al SEÑOR! ¡Alaben al SEÑOR! Porque él salva al pobre del control de los malvados.

14. Maldito sea el día en que nací; maldito sea el día en que mi mamá me trajo al mundo.

15. Maldito sea el hombre que hizo sentir feliz a mi papá cuando le anunció: «¡Es un niño!»

16. Que ese hombre sea como las ciudades que el SEÑOR ha destruido sin compasión. Que escuche gritos de dolor en la mañana, y de guerra al mediodía.

17. ¿Por qué no me mató en el vientre? Mi mamá habría sido mi sepulcro y yo nunca habría salido de su vientre.

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