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Jeremías 20:1-11 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. Luego el sacerdote Pasur hijo de Imer, que era inspector en jefe del templo del SEÑOR, escuchó lo que profetizó Jeremías,

2. mandó golpear al profeta Jeremías y que lo sujetaran al cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, junto al templo del SEÑOR.

3. Al siguiente día, Pasur quitó a Jeremías del cepo, entonces Jeremías le dijo: «El SEÑOR ya no te llamará Pasur sino “El rodeado de terror”,

4. porque esto dice el SEÑOR: “Voy a traer el terror sobre ti y sobre todos tus seres queridos. Ellos morirán en batalla en manos de sus enemigos y tú lo verás con tus propios ojos. Le entregaré al rey de Babilonia todos los habitantes de Judá y él los llevará a Babilonia donde los matará a filo de espada.

5. Les entregaré a sus enemigos todos los tesoros de esta ciudad, todo lo que ha producido, todas sus posesiones y todos los tesoros de los reyes de Judá. Los babilonios los saquearán y se los llevarán a Babilonia.

6. Y tú, Pasur, irás prisionero a Babilonia junto con todos tus seres queridos. Allí morirás y te enterrarán a ti y a todos tus amigos, a quienes les profetizabas falsedades”».

7. SEÑOR, me convenciste, y yo me dejé convencer; fuiste más fuerte que yo y me ganaste. Soy motivo de burla cada día, todos se burlan de mí.

8. Cuando hablo, grito; anuncio el dolor y la violencia. El mensaje del SEÑOR es causa de mi desgracia. Se ha convertido en algo de lo que la gente se burla todo el día.

9. Yo dije: «Ya no anunciaré más de él; no volveré a hablar en su nombre», pero su mensaje dentro de mí se convierte en un fuego ardiente que me cala hasta los huesos. Hago todo lo que puedo por contenerlo, pero me es imposible.

10. He escuchado a muchos que susurran burlonamente: «¡El terror lo tiene rodeado! ¡Anunciemos el terror, anunciémoslo!» Incluso mis amigos me observan para ver si me equivoco, y dicen: «Esperemos a que se equivoque y así podremos derrotarlo para poder vengarnos de él».

11. Pero el SEÑOR está conmigo como un poderoso guerrero. Por eso los que me persiguen tropezarán y no podrán ganar; fracasarán y quedarán avergonzados. Su deshonor será permanente, nunca se olvidará.

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