23. Entonces el siervo les dijo: —Cálmense. No se asusten. Su Dios, el Dios de su papá, les debe haber metido el dinero en sus costales. Yo mismo recibí su dinero la vez pasada. Luego el siervo trajo a Simeón ante ellos.
24. Después los hizo seguir a la casa de José, les dio agua y les lavó los pies. También les dio comida a los burros.
25. Los hermanos se enteraron de que iban a comer con José, y alistaron los regalos.
26. Cuando José llegó a la casa, sus hermanos le llevaron los regalos que le habían traído y se postraron rostro en tierra ante él.