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Génesis 43:17-31 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

17. Entonces el hombre hizo todo lo que se le dijo y llevó a los hombres a la casa de José.

18. Los hombres se asustaron porque los llevaron a la casa de José, y dijeron: —Nos trajeron aquí por culpa del dinero que nos volvieron a meter en nuestros costales la primera vez. Él quiere atacarnos y atraparnos, nos va a convertir en sus esclavos y se va a quedar con nuestros burros.

19. Entonces ellos se acercaron al esclavo encargado de la casa de José y le hablaron en la entrada de la casa.

20. Le dijeron: —Señor, nosotros vinimos la primera vez a comprar comida.

21. Pero, cuando llegamos al sitio donde íbamos a dormir, abrimos nuestros costales y nos dimos cuenta de que todos teníamos todo nuestro dinero en el tope del costal. Ahora lo trajimos para devolverlo.

22. El otro dinero que trajimos es para comprar comida. No sabemos quién nos volvió a meter el dinero en nuestros costales.

23. Entonces el siervo les dijo: —Cálmense. No se asusten. Su Dios, el Dios de su papá, les debe haber metido el dinero en sus costales. Yo mismo recibí su dinero la vez pasada. Luego el siervo trajo a Simeón ante ellos.

24. Después los hizo seguir a la casa de José, les dio agua y les lavó los pies. También les dio comida a los burros.

25. Los hermanos se enteraron de que iban a comer con José, y alistaron los regalos.

26. Cuando José llegó a la casa, sus hermanos le llevaron los regalos que le habían traído y se postraron rostro en tierra ante él.

27. José les preguntó cómo estaban y también preguntó: —¿Cómo está su papá, el anciano del cual me hablaron? ¿Todavía vive?

28. Los hermanos respondieron: —Nuestro papá, su siervo, está bien, aún vive. Luego le hicieron reverencia.

29. Cuando levantó sus ojos, vio a su hermano Benjamín, el hijo de su propia mamá, y dijo: —¿Es este el hermano menor del que me hablaron? Después le dijo a Benjamín: —Dios te bendiga, hijo mío.

30. Al ver a su hermano, José sintió ganas de llorar. Entonces se fue rápidamente, se metió en su cuarto y allí se puso a llorar.

31. Luego se lavó la cara y salió. Se controló y dijo: «Sirvan la comida».

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