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Génesis 39:9-22 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

9. No hay nadie en esta casa que se iguale a mí. Lo único que él me ha negado es a usted, porque es su esposa. ¿Cómo puedo yo hacerle a él algo tan malo y cometer un pecado ante Dios?

10. A pesar de que ella hablaba con él día tras día, no lo convenció de que se acostara con ella.

11. Un día, cuando José regresó de trabajar a la casa, no había ningún otro esclavo adentro.

12. Entonces ella lo agarró de su ropa y le dijo: —¡Acuéstate conmigo! Pero él dejó su ropa en las manos de ella y salió huyendo.

13. Cuando ella vio que él había dejado la ropa en sus manos y salido huyendo,

14. llamó a los siervos de su casa y les dijo: —Miren, mi esposo trajo a este hebreo para que nos insultara. Él vino a donde yo estaba para tratar de tener relaciones sexuales conmigo, pero yo grité fuerte.

15. Cuando oyó que yo había gritado, dejó su ropa al lado mío y salió corriendo.

16. Después ella se quedó con la ropa de José hasta que llegó su esposo.

17. Luego le contó la misma historia: —El siervo hebreo que trajiste vino a aprovecharse de mí.

18. Pero cuando grité, dejó su ropa al lado mío y huyó hacia afuera.

19. El amo de José escuchó lo que le dijo su esposa y se enfureció.

20. Entonces lo agarró y lo puso en la prisión donde metían a los prisioneros del rey, y José quedó encarcelado.

21. Pero el SEÑOR estaba con José y lo ayudó haciendo que se ganara la confianza del carcelero.

22. Entonces el carcelero puso a todos los prisioneros bajo el mando de José, quien dirigía todo lo que ahí se hacía.

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