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Génesis 38:16-29 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

16. Judá se le acercó al lado del camino y, sin saber que ella era su nuera, le pidió que tuvieran relaciones sexuales. Entonces ella le preguntó: —¿Qué me vas a dar por tener relaciones sexuales contigo?

17. Judá le respondió: —Voy a mandarte un cabrito de mi rebaño. Y ella dijo: —Acepto sólo si me das algo en garantía mientras me mandas el cabrito.

18. Él le preguntó: —¿Qué quieres que te dé en garantía? Ella respondió: —Dame tu sello con el cordón y el bastón que tienes en la mano. Entonces él le dio esas cosas, tuvo relaciones sexuales con ella y ella quedó embarazada.

19. Después ella se levantó, se fue para su casa, se quitó el velo, y se puso la ropa de viuda.

20. Después Judá mandó el cabrito con su amigo Hirá el adulamita para recuperar de la mujer su sello, su cordón y su bastón, pero él no pudo encontrarla.

21. Hirá le preguntó a la gente de ese lugar: —¿Dónde puedo encontrar a la prostituta consagrada que estaba en Enayin sentada al lado del camino? Pero ellos respondieron: —Aquí nunca ha habido una prostituta consagrada.

22. Entonces él regresó a donde estaba Judá y le dijo: —No la pude encontrar. La gente de ese lugar me dijo: “Aquí nunca ha estado una prostituta consagrada”.

23. Después Judá dijo: —Dejemos que se quede con mis cosas, no quiero que la gente se burle de mí. Tratamos de llevarle su cabrito pero tú no la encontraste.

24. A los tres meses, alguien le contó a Judá: —Tu nuera Tamar ha actuado como una prostituta, y como resultado de eso, quedó embarazada. Entonces Judá dijo: —Tráiganla y quémenla.

25. Cuando la estaban sacando, ella le mandó un mensaje a su suegro: —El dueño de estas cosas fue el que me embarazó. ¡Mírenlas! ¿De quién son este sello, este cordón y este bastón?

26. Judá las reconoció y dijo: —Yo tengo más culpa que ella; no le entregué a mi hijo Selá como se lo había prometido. Judá nunca más volvió a tener relaciones sexuales con Tamar.

27. Cuando llegó el momento en que ella diera a luz, tuvo mellizos.

28. Al momento de nacer, uno de ellos sacó la mano y ahí, la partera le ató un cordón rojo. Ella dijo: «Este fue el que nació primero»,

29. pero él volvió a meter la mano y salió su hermano, entonces la partera dijo: «¡Qué abertura que has hecho tú mismo!» por lo cual lo llamaron Fares.

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