13. Imagina que le digo al bueno: “¡Morirás!” Tal vez el bueno pensará que la justicia que antes practicaba lo salvará, así que empieza a hacer el mal. Si eso sucede, no se tomará en cuenta su justicia y morirá por el mal que hizo.
14. Ahora, imaginen que le digo al perverso: “¡Ciertamente morirás!”, pero él cambia su conducta y empieza a hacer el bien.
15. Puede ser que devuelva lo que le robó a los pobres. Tal vez pague todas sus multas. Tal vez deje de hacer el mal y empiece a vivir de acuerdo a las leyes que dan vida. ¡Entonces ese vivirá! ¡No morirá!
16. No se tomará en contra suya ninguno de sus pecados. Debido a que empezó a hacer el bien, ciertamente vivirá.
17. »Tal vez tu pueblo dirá: “¡La forma de actuar del Señor no es justa!” Así que se empezarán a comportar mal.
18. Si el bueno deja de hacer el bien y empieza a hacer el mal, morirá por sus malas acciones.
19. Y si el malo se avergüenza de sus maldades y empieza a hacer el bien, entonces vivirá por sus buenas acciones.
20. Así que, pueblo de Israel, la forma de actuar de Dios es justa porque él juzgará a cada uno por sus acciones».
21. El quinto día del décimo mes del año doce de nuestro exilio, un fugitivo de Jerusalén vino a verme y me dijo: «Jerusalén ha sido capturada».
22. La noche antes de que el fugitivo viniera a verme, el poder del SEÑOR me dio la habilidad de hablar de nuevo. Mi lengua se soltó y ya no estaba mudo. Esto sucedió antes de que el fugitivo llegara en la mañana.