6. Tampoco te envío a naciones numerosas que hablan un lenguaje complicado y difícil de aprender que no puedas entender. Te aseguro que si te hubiera enviado a naciones extranjeras, ellos sí te escucharían.
7. Pero el pueblo de Israel se negará a escucharte, pues no quiere escucharme a mí porque todos ellos son tercos y obstinados.
8. Sin embargo, ¡yo te haré tan terco y obstinado como ellos!
9. Serás como el diamante, más duro que una piedra porque es un pueblo rebelde».
10. Luego me dijo: «Hijo de hombre, escucha y entiende bien cada una de mis palabras,