2. Así que abrí la boca para tratar de comerme el rollo.
3. Me insistió otra vez: «Hijo de hombre, ¡buen provecho! Cómetelo con ganas y llena tu estómago con el rollo que te doy». Así que me lo comí, y en la boca me sabía como la miel por lo dulce que era.
4. Entonces me dijo: «Hijo de hombre, ve al pueblo de Israel y dale mi mensaje.
5. No te envío a un pueblo que habla un lenguaje complicado y difícil, sino al pueblo de Israel.
6. Tampoco te envío a naciones numerosas que hablan un lenguaje complicado y difícil de aprender que no puedas entender. Te aseguro que si te hubiera enviado a naciones extranjeras, ellos sí te escucharían.
7. Pero el pueblo de Israel se negará a escucharte, pues no quiere escucharme a mí porque todos ellos son tercos y obstinados.
8. Sin embargo, ¡yo te haré tan terco y obstinado como ellos!
9. Serás como el diamante, más duro que una piedra porque es un pueblo rebelde».
10. Luego me dijo: «Hijo de hombre, escucha y entiende bien cada una de mis palabras,
11. luego ve con los tuyos adonde están exiliados y dales mi mensaje diles: “Así dice el Señor DIOS”, aunque no te escuchen ni dejen de hacer lo malo».