15. Al llegar a Tel Aviv, la comunidad de los exiliados, junto al canal Quebar, me quedé sentado en silencio durante siete días.
16. Después de siete días, el SEÑOR me dijo:
17. «Hijo de hombre, te he puesto como centinela del pueblo de Israel. Así que, cuando recibas un mensaje mío, adviértele de mi parte.
18. Si le digo a un malvado: “¡Morirás!” y tú no hablas con él ni le adviertes que cambie su conducta, será declarado culpable y sufrirá la pena de muerte. Morirá por su crimen, pero yo también te haré responsable a ti de su muerte.