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Ezequiel 3:1-14 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. Entonces me dijo: «Hijo de hombre, cómete lo que encuentres ahí, cómete ese rollo. Luego ve y habla al pueblo de Israel».

2. Así que abrí la boca para tratar de comerme el rollo.

3. Me insistió otra vez: «Hijo de hombre, ¡buen provecho! Cómetelo con ganas y llena tu estómago con el rollo que te doy». Así que me lo comí, y en la boca me sabía como la miel por lo dulce que era.

4. Entonces me dijo: «Hijo de hombre, ve al pueblo de Israel y dale mi mensaje.

5. No te envío a un pueblo que habla un lenguaje complicado y difícil, sino al pueblo de Israel.

6. Tampoco te envío a naciones numerosas que hablan un lenguaje complicado y difícil de aprender que no puedas entender. Te aseguro que si te hubiera enviado a naciones extranjeras, ellos sí te escucharían.

7. Pero el pueblo de Israel se negará a escucharte, pues no quiere escucharme a mí porque todos ellos son tercos y obstinados.

8. Sin embargo, ¡yo te haré tan terco y obstinado como ellos!

9. Serás como el diamante, más duro que una piedra porque es un pueblo rebelde».

10. Luego me dijo: «Hijo de hombre, escucha y entiende bien cada una de mis palabras,

11. luego ve con los tuyos adonde están exiliados y dales mi mensaje diles: “Así dice el Señor DIOS”, aunque no te escuchen ni dejen de hacer lo malo».

12. Entonces el Espíritu me levantó y detrás de mí escuché una voz de trueno que decía: «¡Bendita sea la gloria del SEÑOR donde él habita!»

13. Era un ruido como el de un gran terremoto y fue producido por el roce de las alas de los seres vivientes que aleteaban una contra otra y por el ruido de las ruedas que estaban junto a ellas.

14. El Espíritu me levantó y me llevó. Así me fui, con espíritu amargado y enardecido, y el SEÑOR se apoderó de mí.

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