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Éxodo 3:1-11 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. Jetro, el suegro de Moisés, era el sacerdote de Madián. Una vez Moisés estaba cuidando las ovejas de Jetro, las llevó hasta la parte occidental del desierto y llegó hasta Horeb, el monte de Dios.

2. Ahí se le apareció el ángel del SEÑOR en un arbusto que estaba ardiendo, pero no se consumía.

3. Moisés se dijo: «Me detendré a ver por qué el arbusto no se consume».

4. Cuando el SEÑOR vio que Moisés se estaba acercando para observar mejor, lo llamó desde el arbusto: —Moisés, Moisés. —Aquí estoy —respondió él.

5. Dios le dijo: —No te acerques más y quítate el calzado porque el suelo que estás pisando es sagrado.

6. Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Moisés se cubrió la cara porque tenía miedo de mirar a Dios.

7. Pero el SEÑOR dijo: —He visto lo mucho que ha sufrido mi pueblo en Egipto de mano de sus opresores y he escuchado sus quejas pidiendo ayuda. Estoy consciente de su dolor.

8. Ahora voy a bajar a salvar a mi pueblo de los egipcios. Los voy a sacar de allá y los voy a llevar a una tierra buena y espaciosa que rebosa de leche y miel. Es la tierra de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.

9. He escuchado los lamentos de los israelitas y también he visto la crueldad con la que los egipcios los tienen sometidos.

10. Así que tú irás allá porque te voy a enviar ante el faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, el pueblo de Israel.

11. Pero Moisés le dijo a Dios: —¿Quién soy yo para ir ante el faraón y sacar a los israelitas de Egipto?

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