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Deuteronomio 28:56-68 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

56. »Aun la mujer más delicada y amable entre ustedes se volverá cruel. Aunque sea una mujer que ni siquiera pise el suelo de lo delicada que es, se volverá cruel con su amado esposo, con su hijo y con su hija.

57. Se esconderá para dar a luz a su hijo y luego se comerá al bebé junto con la placenta. Todo esto te sucederá cuando tus enemigos te sitien y te hagan sufrir en todas tus ciudades.

58. »Tienes que tener cuidado de obedecer todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro. Respeta el nombre glorioso y temible del SEÑOR tu Dios.

59. Si no, el SEÑOR enviará castigos terribles sobre ti y tus descendientes; castigos severos y duraderos; enfermedades dolorosas y duraderas.

60. Te mandará todas las enfermedades que mandó contra Egipto, las que te asustaron tanto, esas las sufrirás tú.

61. Además, el SEÑOR te enviará cada enfermedad y problema que no está escrito en este libro de esta ley, hasta destruirte.

62. A pesar de ser tan numerosos como las estrellas del cielo, sólo quedarán algunos de ustedes, por no haber obedecido la voz del SEÑOR tu Dios.

63. »Así como el SEÑOR se ha propuesto prosperarte y multiplicarte, así el SEÑOR se propondrá arruinarte y destruirte, y serás echado de la tierra que vas a ocupar.

64. El SEÑOR te esparcirá por todas las naciones de la tierra, de un extremo al otro, y allí servirás a otros dioses extraños de madera y piedra que ni tú ni tus antepasados han conocido antes.

65. »Entre esas naciones no tendrás paz ni habrá lugar para que descanses la planta de tus pies. Allí el SEÑOR te dará una mente preocupada, ojos débiles y garganta seca.

66. Tu vida siempre correrá peligro, estarás asustado día y noche, y no sabrás si seguirás con vida.

67. Será tanto el miedo que tendrás y las cosas que verás, que dirás por la mañana: “¡Si ya atardeciera!”, y en la tarde dirás: “¡Si ya amaneciera!”

68. El SEÑOR te enviará de vuelta a Egipto en barcos, por el camino que te dije que no volverías a ver de nuevo. Allí ustedes tratarán de venderse a sus enemigos como esclavos, pero no habrá quién los compre».

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