15. Dios lanzó sus flechas y dispersó al enemigo. Lanzó muchos rayos y todos salieron espantados.
16. SEÑOR, tú alzaste la voz para hacerte escuchar y sopló un viento fuerte que dejó el fondo del mar a la vista. Las bases de la tierra quedaron al descubierto.
17. »Luego extendió la mano y me rescató. Me sacó de las aguas turbulentas.
18. Me salvó de mis poderosos enemigos, de los que me odiaban, pues eran más fuertes que yo.