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2 Samuel 20:1-13 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. En ese lugar había un hombre perverso de la tribu de Benjamín que se llamaba Sabá hijo de Bicrí. Sabá tocó la trompeta para reunir al pueblo y dijo: «No tenemos herencia con David. No tenemos nada que ver con el hijo de Isaí. Vamos a casa, Israel, a nuestras propias carpas».

2. Así que todos los israelitas dejaron a David y siguieron a Sabá hijo de Bicrí. Pero el pueblo de Judá se quedó con su rey todo el camino, desde el río Jordán hasta Jerusalén.

3. Cuando David regresó al palacio en Jerusalén, puso a las diez concubinas que había dejado a cargo del palacio en una casa bajo vigilancia. David se encargaba de ellas y les daba de comer, pero nunca volvió a acostarse con ellas. Allí permanecieron como si fueran viudas, hasta que murieron.

4. El rey le dijo a Amasá: —Dile al pueblo de Judá que se reúna conmigo en tres días. Tú también debes estar ahí.

5. Así que Amasá fue a reunir al pueblo, pero le llevó más del tiempo dicho.

6. Entonces David le dijo a Abisay: —Sabá hijo de Bicrí representa más peligro para nosotros que Absalón. Así que persíguelo con mis oficiales. Apresúrate para que no entre a las ciudades amuralladas, porque si lo hace, no podremos atraparlo.

7. Así que Joab salió de Jerusalén para perseguir a Sabá hijo de Bicrí. Joab llevó a sus propios soldados junto con los cretenses y filisteos.

8. Cuando Joab y el ejército llegaron a la gran roca que está en Gabaón, Amasá les salió al encuentro. Llevaba puesto su uniforme, con cinturón y la espada envainada. Pero al caminar, la espada se le cayó.

9. Joab le preguntó a Amasá: —¿Cómo estás, hermano? Con la mano derecha, Joab lo tomó por la barba para saludarlo de beso.

10. Amasá no se fijó que Joab tenía una espada en la mano. Joab se la clavó en el estómago a Amasá, haciendo que sus entrañas se derramaran por el suelo. Joab no tuvo que clavarle la espada de nuevo, pues ya estaba muerto. Entonces Joab y su hermano Abisay empezaron a perseguir a Sabá hijo de Bicrí.

11. Uno de los soldados jóvenes se quedó con el cuerpo de Amasá y dijo: —Todos los que apoyen a Joab y a David, sigan a Joab.

12. Allí estaba el cuerpo de Amasá todo cubierto de sangre en medio del camino. El hombre que lo vigilaba vio que todo el ejército se detenía a verlo. Entonces lo sacó del camino, lo puso en el campo y lo cubrió con un trapo.

13. Después de quitar el cuerpo del camino, la gente pasaba y seguía a Joab, uniéndose a él en la persecución de Sabá hijo de Bicrí.

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