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1 Samuel 9:6-16 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

6. Pero el siervo contestó: —En el pueblo hay un hombre de Dios a quien la gente respeta. Todo lo que él dice se cumple. Vayamos al pueblo, tal vez ese hombre nos diga a dónde ir.

7. Saúl le dijo a su siervo: —Podemos ir, ¿pero qué le daríamos a ese hombre? No tenemos ningún regalo para darle, ni comida en nuestras bolsas. ¿Qué le daríamos?

8. El siervo le respondió: —Mira, aquí tengo algo de dinero. Si se lo damos al hombre, nos dirá a dónde ir.

9. En la antigüedad los israelitas llamaban vidente a los profetas. Así que si querían pedirle algo a Dios, decían: «Vamos a ver al vidente».

10. Saúl le dijo a su siervo: —¡Buena idea! ¡Vamos! Y se fueron al pueblo donde estaba el hombre de Dios.

11. Al ir subiendo la colina, Saúl y el siervo se encontraron a unas jóvenes que iban a sacar agua, y les preguntaron a ellas: —¿Se encuentra por aquí el vidente?

12. Las jóvenes respondieron: —Sí, aquí está, más adelante. Acaba de llegar hoy. Algunos están con él para celebrar un sacrificio en el lugar de adoración.

13. Así que vayan al pueblo y lo hallarán. Si se dan prisa, lo pueden alcanzar antes de que se vaya a comer. El vidente se encarga dar gracias a Dios por el sacrificio, así que la gente no empezará a comer hasta que él llegue. Dense prisa para que lo alcancen.

14. Saúl y el siervo empezaron a subir la colina y al llegar al pueblo vieron a Samuel dirigiéndose hacia ellos. Iba saliendo del pueblo camino al lugar de adoración.

15. El día anterior, el SEÑOR le había dicho a Samuel:

16. «Mañana a esta hora, te enviaré un hombre de la tribu de Benjamín. Deberás ungirlo y nombrarlo el nuevo líder sobre mi pueblo. Él salvará a Israel de los filisteos. He visto a mi pueblo y he escuchado su llanto».

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