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1 Samuel 20:22-34 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

22. Pero si hay problemas, entonces le diré a mi criado: “Las flechas están más allá. Ve a buscarlas”. Si digo eso, deberás huir. El SEÑOR quiere que te vayas.

23. Recuerda este pacto entre tú y yo. El SEÑOR es testigo para siempre.

24. David se escondió en el campo. Cuando llegó la hora de la fiesta de Luna nueva, el rey se sentó a comer

25. cerca de la pared donde acostumbraba sentarse. Jonatán se sentó enfrente y Abner a su lado, pero el asiento de David estaba desocupado.

26. Saúl no dijo nada ese día, pues pensó que tal vez algo le había pasado a David que lo dejó impuro.

27. Al siguiente día, el segundo del mes, el asiento de David seguía desocupado. Entonces Saúl le dijo a su hijo Jonatán: —¿Por qué no vino a la fiesta el hijo de Isaí ni ayer ni hoy?

28. Jonatán respondió: —Me pidió que lo dejara ir a Belén

29. porque su familia iba a ofrecer un sacrificio allá. Su hermano le había pedido que fuera, así que en nombre de nuestra amistad me pidió que lo dejara ir a ver a sus hermanos. Por eso no está a la mesa.

30. Entonces Saúl se enfureció con Jonatán y le dijo: —No quieres obedecer porque eres hijo de una esclava perversa y rebelde. Yo sé que estás de parte de David, para vergüenza tuya y de tu madre.

31. Mientras viva el hijo de Isaí, no serás rey ni tendrás ningún reino. ¡Ve y tráeme a David ahora mismo! ¡Ya está condenado!

32. Jonatán le preguntó a su papá: —¿Por qué ha de morir David? ¿Qué mal ha hecho?

33. Pero Saúl trató de matarlo con su lanza. Así Jonatán se convenció de que Saúl estaba decidido a matar a David.

34. Jonatán se retiró de la mesa, enfurecido. Estaba tan enojado con su papá que no comió nada ese día. Estaba enfurecido porque Saúl lo había humillado y quería matar a David.

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